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sábado, 25 de mayo de 2013

Algo no anda bien

Como muchos sabréis, por fin he cambiado mi bicicleta. Llevaba cinco años rodando con una Orbea Asphalt que me regaló mi padre, por lo que le tenía mucho aprecio. En estos años le he ido haciendo modificaciones para poder sacarle mucho más rendimiento, pero ha llegado un momento en el que necesitaba un cambio. Así pues, del aluminio he pasado al carbono, y del triple plato Tiagra, a un compact Ultegra. Y puesto que la marca me merece toda la confianza, repito. La montura elegida ha sido una Orbea Orca Dama Silver, de color blanco, plata y azul. Una maravilla. 
Aprovecho para darle las gracias a Robert Mayoral, Paco Díaz (responsable de Orbea en Catalunya y Baleares) y Bicis Escapa (Sabadell) por haberme posibilitado tener esta bicicleta de la que bien seguro disfrutaré mucho!


El lunes la saqué de la tienda, llegué a casa y ya era de noche, por lo que no pude salir a estrenarla, pero decidí dar una vuelta por el párking. ¡Qué maravilla! Era mucho más estable, me notaba más segura y no pesaba nada. Ansiaba poder estrenarla, y por la planificación de entrenos, no tocaba hasta el jueves. Y vaya día para estrenarla! Con el viento que soplaba y la ligereza de la bicicleta, se me iba hacia los lados, haciéndose muy difícil el mantener un rumbo fijo. Pero en un momento en que el viento dio un poco de  tregua, aproveché para ponerla a prueba. Con toda la fuerza que me permitieron mis piernas, empecé a apretar y, rodando acoplada en llano, llegué a los 50km/h con facilidad. Espectacular. El cambio responde a la perfección y a pesar de ser ligera, es muy estable y segura. Creo que voy a disfrutar mucho rodando con ella. Pero tengo que aprender a utilizar el cambio para poder sacarle más provecho.

Esta mañana tenía prevista una salida de 3h30' con series y he aprovechado para salir con los chicos del Club Triatló Cambils, que tenían prevista una ruta plana. Soplaba mucho el viento, pero estos chicos están muy fuertes y sólo salir de Reus ya han impuesto un ritmo muy alto. Demasiado para mi. Y el dicho es cierto: por mucha máquina que montes, si no tienes piernas... He podido seguirlos a duras penas durante 50km, momento en el cual hemos acordado que yo iría por un camino y ellos por otro. Así todos contentos, y a mi ya me ha ido bien. La bicicleta iba muy bien, y he disfrutado mucho en la salida, a pesar del viento, pero algo andaba mal. O mejor dicho, ahora soy yo la que anda mal. En la salida del jueves ya me di cuenta de que cuando apretaba para subir, la rodilla derecha se empezaba a quejar, y hoy me he percatado de que tengo unos pequeños derrames en la zona que me duele. He consultado con mi fisio y me ha recomendado que retrase el sillín, puesto que es el tendón rotuliano el que está sufriendo. Pero de todos modos, debo ir a que me revise la posición el biomecánico, y que probemos de poner una pequeña cuña en la zapatilla derecha, para compensar la pequeña dismetría que tengo entre las dos piernas. Pero eso no va a poder ser hasta de aquí dos semanas, ya que el viernes que viene me desplazo a Getxo para rodar por el circuito y saber de qué mal tengo que morir el 7 de Julio, en mi próximo objetivo de esta temporada, el Extrememan Getxo 113. 

jueves, 9 de mayo de 2013

Obligatorio beber

Los que leísteis mi crónica del Extrememan de Salou y los que comentasteis conmigo la prueba, sabéis que tuve problemas a la hora de correr, por culpa de unos calambres musculares en los cuádriceps. Nunca en la vida me había pasado algo así, y probablemente, nunca volverá a pasarme, ya que aprendí la lección.

Voy a contaros un brevemente cómo se produce la contracción muscular y así entenderemos el por qué de los calambres. Tiene gracia que me haya pasado esto a mi, que me fascina todo lo que tenga relación con la fisiología y biomecánica, pero este toque de atención, me viene bien para no despistarme y seguir recordando lo que ya sabía.

El músculo está compuesto por multitud de fibras musculares, que a su vez, contienen miofibrillas, dentro de las cuales se encuentran moléculas proteicas llamadas actina y miosina, que son las responsables de la contracción muscular, al alejarse o acercarse entre ellas. La acción de estas moléculas se produce cuando en nuestro músculo se segregan cantidades de calcio, y ese calcio se activa cuando moléculas de sodio aparecen. Dentro de las células hay un intercambio entre sodio y potasio que provocan varias reacciones moleculares, lo que produce una contracción muscular.

Esto es, a grandes rasgos, lo que sucede para que un músculo funcione. Así pues, si cada vez que se contrae el músculo "gastamos" cantidades de moléculas de sodio, potasio, calcio y demás, está claro que habrá que reponerlas de algún modo, ya que si no, nuestro músculo reaccionará a esa carencia, endureciéndose y produciendo los calambres. La manera que tenemos para hacerlo es a través de la bebida. Pero no cualquier bebida (amigos del gin-tonic, no os alegréis!), sino una que contenga los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para seguir funcionando. Y estas son las bebidas isotónicas.

Las bebidas isotónicas tienen una composición básica formado por agua; hidratos de carbono simples y complejos y sales minerales diversas como el cloro, el potasio, el sodio o el fósforo. Así pues, éstas serán las que nos ayudarán a reponer todo aquello que vamos gastando.

A muchos de nosotros, cuando llevamos tiempo compitiendo o entrenando, nos desagrada la bebida isotónica. No podemos con ella. Se nos hace empalagosa. Yo misma, salgo a entrenar últimamente con un bidón de agua únicamente. Mal hecho. Visto lo visto, hay que pasar por el isotónico. Afortunadamente, en el mercado tenemos múltiples marcas y sabores de bebidas isotónicas, varios formatos a elegir, ya diluidas o para hacerlo nosotros mismos, en pastillas, polvos  o masticables. Así pues, no hay excusa. Empezad a probar los diferentes gustos. Personalmente, uno de los que más me han gustado, por salirse de los típicos sabores de limón y naranja, es el Iso-Energy de Victory Endurance, de sabor mandarina. Contiene hidratos de carbono, glutamina, electrolitos (sodio, potasio, calcio y cloro), y vitamina C, y es perfecto para los deportes de resistencia. Y os preguntaréis... si haces propaganda de esto, cómo es que te ocurrieron los calambres??? Pues muy sencillo: los repartidores el domingo no sirven pedidos! Pero el lunes ya lo tenía en casa!

martes, 7 de mayo de 2013

Y ahora, ¿qué?

Y ahora... dos días después del Extrememan de Salou, volvemos a la carga. 
El próximo reto, en 61 días, esta vez en el País Vasco. Siempre he sentido especial cariño por esa zona. Me gusta su gente, sus vistas, su manera de ser y de vivir. Y me encanta tener la posibilidad de competir ahí, gracias (una vez más) a Robert Mayoral. El 7 de julio me colgaré otra vez un dorsal, de nuevo en la media distancia, en el Extrememan de Getxo y está claro que no lo haré sola. Esta vez me acompañará en la competición la futura ironwoman VANE (con mayúsculas!) y también Robert. Y cómo no... nuestras incondicionales Marta y Carme, con un fichaje puntual de mi amiga y compañera de trabajo, Belén.

Espero llegar en buenas condiciones físicas y mentales al evento, y para ello cuento con la colaboración de Usk T&M , que intentará ponerme en vereda y sacar todo lo mejor de mi.
Pero antes, deberé pasar por las maravillosas manos de Bernard Boronat y sus inventos, para intentar recuperar mi rodilla y poder encarar con garantías los duros entrenamientos que me esperan.

Seguimos trabajando, con ganas, motivación  y, sobretodo, ILUSIÓN.

lunes, 6 de mayo de 2013

A pesar de todo, FINISHER!

5 de mayo. Había llegado el día. Iba a por mi segundo triatlón de distancia half. Después de mi experiencia el septiembre pasado en Berga, estaba claro que iba a repetir. Esta distancia es la que me gusta. Es la distancia "guay". Y además, jugaba en casa. Mi intención era rebajar el tiempo de la anterior competición, pero está claro que nunca debes comparar dos pruebas. Incluso repitiendo recorridos.  Pero con todo el entrenamiento que llevaba encima, creía que iba a conseguirlo. Hacía días que mi rodilla no daba señales de ningún tipo. No hay noticias, pues ¡buenas noticias!. Así que afrontaba la prueba con bastante confianza, con el plus de que conocía perfectamente el recorrido ciclista, después de tantos años cruzándolo en coche y en bicicleta. 
La noche anterior estuve con Marta, preparándolo todo, poniendo cada cosa en las bolsas facilitadas por la organización que, todo hay que decirlo, eran muy pequeñas y de una calidad impropia para tal evento (ahí tenemos uno de los pocos puntos para mejorar en futuras pruebas). Sólo me quedó pendiente encontrar mis manguitos del club, que los debí perder el día que estuve en el doble olímpico de Terres de l'Ebre, animando a Vane y a Robert. Algo que se tuerce. Malo. Con esa inquietud me fui a la cama y al día siguiente, a las 5a.m., sonó el despertador. Marta me maldecía por tenerse que despertar tan pronto, pero es que ser supporter también es muy agotador. Ella ya tiene experiencia y, a pesar de encontrarse mal, estuvo a mi lado en todo momento.
Todo lo que siguió, pura rutina hasta llegar a Salou. Entonces empezaba lo bueno. El box lleno, los triatletas entraban y salían de él llevando grandes bolsas, lo cual me chocó, ya que de haber querido llevarme algo que no fuese mío, hubiese podido hacerlo. Entré con mis bolsitas y mi neopreno, fui a mi bicicleta y estaba muy mojada. Había llovido durante la noche y no llevaba nada para secarla. Tenía que pegar los geles al cuadro y la cinta se despegaba. Y el adhesivo con el perfil de la bicicleta (punto a favor para la organización), finalmente conseguí que se mantuviera en su sitio. No tenía más que hacer, así que colgué mis bolsas de run y bike en su sitio y salí del box. Marta estaba fuera para ayudarme a poner el neopreno. Entre risas (le hace mucha gracia que utilicemos una bolsa para enfundarnos en el traje) me vestí y ella me ayudó a acabar de colocármelo. Habíamos acordado que el Sailfish tenía que verse perfectamente desde atrás, ya que las últimas veces, una mala colocación del neopreno, me ha provocado mareos por hipoxia al nadar. Todo correcto. Vámonos al mar!

 Mi salida tenía que ser la tercera, a las 7:50, pero por varios motivos, se retrasó todo uno poco, y creo que empecé a nadar cerca de las 8:30. Seguí a rajatabla los consejos que me dio Robert Mayoral antes de salir, y todo me salió genial! Mi reloj marcaba 42' cuando pisé la arena, y habiendo nadado 2100m, era para mi todo un logro! Salí contenta del agua y me encontré a Robert en el box, que ya había acabado su relevo... salió 10' después de mi y llegó antes que yo... qué máquina! Me puse los calcetines y las zapatillas de ciclismo, un poco de crema y corrí como pude hasta mi bicicleta, que la tenía bastante lejos. Me acordé que me habían dicho que me tomara con calma los primeros 20km, hasta coronar el Coll d'Alforja, y así lo hice. Me iban pasando triatletas y, aunque me minaba un poco la moral, pensaba para mis adentros "ya os pillaré luego"... Al empezar la primera bajada, miré mi reloj y vi que iba bien de tiempo. Eso me dio un tremendo subidón y pegué un grito "VAMOS!!!". No había público, así que tenía que animarme de algún modo!!! Seguí rodando sin pausa, y sin prisa, coronando los dos puertos y llegando bastante bien de fuerzas al Coll de la Teixeta. Bien! Sólo me quedaba la bajada! Pero al quedarme 30km, me doy cuenta de que mis cálculos han sido erróneos y que me quedan únicamente 45' para entrar a tiempo (según mi reloj). Así que tengo que apretar. Y mucho. En esos últimos kms, mi velocidad media estuvo alrededor de los 30km/h, y ese apretón me resultó caro. Mi rodilla se empezó a quejar, pero no podía aflojar. Pensaba en que había mucha gente esperando en Salou para verme: Marta, compañer@s de equipo, padres, alumnos y compañeras de colegio, Belén... Tenía que llegar como fuese. Así que, con un margen de 15 minutos sobre el tiempo de corte, conseguí llegar y dejar la bicicleta. Por los pelos... Y Marta me riñó desde la valla "Collons, quant que m'has fet patir!!!". Pero no podía con mi alma. Al poner los pies en el suelo, empezó un terrible dolor en los cuádriceps. Nunca me había pasado nada parecido. Los dos se me subieron arriba y poco a poco se me hacía más duro el correr. Ni siquiera el andar. Tuve que pararme a estirar varias veces, y caminar a menudo, con lo cual, la carrera a pie se me hizo eterna. Cada vez que pasaba por la zona de meta, oía los gritos de mis alumnos y de sus padres, la gente me animaba, y eso lo hacía más llevadero. Pero la cruz iba por dentro. Por suerte, tuve a Marta corriendo a mi lado durante bastante parte del recorrido. Y en los últimos 5km, Carles Cirera y Vane le dieron el relevo. ¡Qué grandes amigos tengo! Ojalá algún día pueda devolverles todo el cariño y la ayuda que me han dado siempre. Con ellos llegué a meta, al sprint, gritando a mi llegada. Grité por gritar, pero no estaba nada satisfecha. El crono marcaba 8h04' y pensé que no había entrado a tiempo. Qué decepción! Intentando disimular, llegaron mis amigos y al abrazarme a Marta, me puse a llorar. No lo había conseguido. 


Meses de entrenamiento, todos aguantando mis malos humores y mis paranoyas, y no entro en tiempo. El esfuerzo, épico. Una carrera de más de 8h requiere mucho sufrimiento. Pero no tenía que ir así la cosa. Desde que me inscribí, en mi cabeza había un 5h59' o incluso un poco más, pero no ese tiempo. Poco a poco, me fui enderezando y al cabo de un rato, oí unos cañonazos que indicaban el cierre de meta. Eso quería decir que yo sí había entrado a tiempo! Y bueno, aunque no era en absoluto lo que esperaba, había acabado. Uno más. Llegó Robert y me regaló su ramo de flores (había hecho podio en su carrera por relevos), lo que fue un gran detalle por su parte. También debo agradecerle a él toda su dedicación estos meses, aconsejándome y apoyándome siempre, cuando no tenía por qué hacerlo. Como dice Marta "oficial y caballero"!

Aquí acaba mi crónica sobre esta gran prueba. Quiero agradecer y felicitar a los organizadores por el gran trabajo realizado. A pesar de pequeñas cosas que seguramente solventarán en próximas ediciones, ha sido una competición que repetiré.  Gracias Mónica, por tus risas y tu buen rollo; Juanan, por ser tan atento a todas horas; y al resto del equipo, por haber colaborado a que este triatlón sea una gran prueba de referencia en la media distancia. NOS VEMOS EN GETXO!!!